miércoles, 27 de agosto de 2008

BOSTEZOS

Por qué bostezamos? Y, por qué se contagian los bostezos?

El bostezo es un indicador corporal de aviso. Se bosteza por sueño, aburrimiento, cansancio, enojo e incluso stress y ansiedad.

El bostezo sigue su curso durante un promedio aproximado de seis segundos, pero su duración puede variar entre alrededor de tres segundos y medio y superar en mucho la media normal. Los bostezos llegan en tandas y el intervalo entre bostezo y bostezo varía alrededor de 68 segundos.

Además de los mamíferos también bostezan los reptiles, los peces, los anfibios y las aves: todos los vertebrados. Pero, aunque todos los vertebrados bostezan, sólo los humanos y los chimpancés tienen un bostezo contagioso, al ser dos especies que han desarrollado una complejidad social superior al resto. Desde luego, resulta curioso que un perro puede contagiar un bostezo a un humano pero no a la inversa.

No has bostezado ya?

Aunque no se sabe el motivo con exactitud, parece ser que el bostezo es un medio para comunicar a otros el cambio en las condiciones del entorno o del interior del cuerpo, como una manera de sincronizar comportamientos, en lo que puede ser un mecanismo residual de un comportamiento gregario. Así es una herramienta social, el medio por el que se coordinan la horas de sueño del grupo.

Una nota interesante es el hecho de que, en personas esquizofrénicas o con autismo, que presentan una merma en la empatía y en la capacidad de comunicación, el bostezo por contagio está prácticamente anulado.

Existe una teoría muy común sobre el bostezo sostiene que este es provocado por el exceso de dióxido de carbono y la falta de oxígeno en la sangre. El tronco cerebral al detectar esto genera el bostezo. La boca se ensancha y los pulmones inhalan profundamente, trayendo oxígeno hacia los pulmones y consecuentemente a la corriente sanguínea. Es casi seguro, sin embargo, que esta hipótesis sea incorrecta; una teoría más reciente afirma que el bostezo sirve para regular la temperatura corporal. Otra teoría sostiene que los bostezos son provocados por los mismos químicos en el cerebro (neurotransmisores) que afectan las emociones, el sentido del humor, el apetito y otros fenómenos. Estos químicos incluyen serotonina, dopamina, ácido glutámico y óxido nítrico. A medida que más de estos compuestos son activados en el cerebro la frecuencia de los bostezos aumenta. Por el contrario, una mayor presencia en el cerebro de neurotransmisores narcóticos, tales como la endorfina, reduce la frecuencia de los bostezos.

En su ensayo "Adaptarse a la marea", Eduardo Punset sostiene que "Los bostezos son un legado de nuestra condición animal anterior a la de humanos, que cumplían una finalidad social en el caso de los primates –transmitir la necesidad imperiosa de iniciar una acción colectiva y preventiva frente a intrusos-. La Ciencia no ha descubierto en el bostezo ninguna utilidad en la vida moderna; ni siquiera la de oxigenar los pulmones. Experimentos realizados en la Universidad de Maryland (Estados Unidos) han demostrado que las personas sometidas a sobredosis de oxígeno no disminuyen la frecuencia de sus bostezos; son un puro residuo ancestral y genético".

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