Esta gallina de Inglaterra llamada Mabel está convencida de ser madre de cuatro preciosos cachorritos y les dedica todo el cariño y calor que necesitan.
Edward y Ros Tate, que viven en una granja, explican que la gallina espera que la madre de los cachorros deje la canasta para entrar a abrigar a los pequeñuelos. Nettle, que así se llama la perra, parece no darle importancia a esta maternidad compartida. Los Tate indican que ellos salvaron a la gallina hace un año y evitaron que se la comieran al tener la plumífera un accidente con un caballo que le pisó la pata, trayéndosela a casa y siendo una más de la familia.
Un ejemplo de tantos muchos de amor animal incondicional.
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