Mi amor consiste
en mirar las pastillas de los frenos de tu coche,
sin que te des cuenta,
en entrar cuando te estás duchando,
con cualquier excusa,
en actuar como un actor de cine,
hasta cuando hago de malo,
en hacerte saber como que me gusta el aroma del jazmín,
y obligarte a olerlo cada vez que te lo digo,
en ampliar todas tus fotos,
en hacerte proposiciones indecentes,
como coserme un botón,
y hacerlo de manera irresistible,
en celebrar tus aniversarios,
aunque te sepa mal,
en regalarte brillantes,
una manera sensata, dirán, de demostrar amor,
que revierte en forma de corbata,
en meterte mano, sin pedir permiso, sin ningun derecho,
con tu inestimable colaboración,
en acompañarte siempre al médico,
en desear otras mujeres sin que tú te des cuenta,
en comparar sus culos con el tuyo por ejemplo,
en no hacer nada por satisfacer este deseo,
en enfadarme pensando que todos te miran el culo,
en mantenerme siempre en secreto,
porque tú lo descubras,
sin garantias de que era aquel,
en resistirme a que me consideres tuyo para siempre,
en morderme la lengua cuando estoy a punto de decirtelo,
en recordarte a priori,
no a posteriori,
en respetarte in fraganti,
en hacerme respetar,
en no dedicarte poemas,
en dedicarte la vida,
en no darme nunca por satisfecho,
en intentar hacerte feliz, mientras tanto.
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