Qué bonita y cierta es la frase “Si amas a alguien, déjalo ir, si vuelve, es tuyo, si no, nunca lo fue”, como consuelo de un momento generalmente triste.
Veamos las diferentes versiones de la misma frase :)
Veamos las diferentes versiones de la misma frase :)
Versión pesimista: Si amas a alguien, déjalo ir; si como era de esperar, no vuelve, nunca fue tuyo.
Versión optimista: Si amas a alguien, déjalo ir y no te preocupes, que seguramente volverá.
Versión del desconfiado: Si amas a alguien, déjalo ir y, si acaso vuelve, pregúntale por qué volvió.
Versión del impaciente: Si amas a alguien, déjalo ir; si no vuelve en las próximas dos horas, llama a la Policía.
Versión del paciente: Si amas a alguien, déjalo ir; si no vuelve, ponte cómodo y sigue esperando hasta la eternidad, que algún día volverá.
Versión del juguetón: Si amas a alguien, déjalo ir; si vuelve y todavía lo amas, déjalo ir otra vez; y así sucesivamente.
Versión del vengativo: Si amas a alguien, déjalo ir; si no vuelve, sal a buscarlo y reclámale por no haber vuelto.
Versión del abogado: Si amas a alguien, déjalo ir y busca en el Código Civil la parte que habla del abandono de hogar por parte de un cónyuge.
Versión del estadístico: Si amas a alguien, déjalo ir; si el te quiere, las probabilidades que vuelva son de un 86.5 por ciento; si no te quiere, tus relaciones con él caen en el campo de lo improbable, con un margen de error de un 3 por ciento.
Versión del posesivo: Si amas a alguien, no lo dejes ir.
Versión del psicoanalista: Si amas a alguien, déjalo ir; si vuelve es porque su ego es muy dominante; si no se quiere ir, debe estar loco.
Versión del sonámbulo: Si amas a alguien, déjalo ir; si vuelve, es una pesadilla; si no vuelve, debes estar soñando.
Versión del mercadólogo: Si amas a alguien, déjalo ir; si vuelve, es una persona leal a su marca; si no vuelve, es hora de hacer un re-lanzamiento en un nuevo mercado.
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