PERDER LA INSPIRACIÓN

He perdido la inspiración... Las musas me han abandonado...

A veces siento ideas amontonadas en mi cabeza, como un puzzle impreciso lleno de realidades y sueños, que a veces no llega a adoptar una forma concreta ni tampoco coherente. Una bandada de pájaros batiendo sus alas dentro de mi mente buscando donde anidar, una tormenta de frases que me llena la sangre de relámpagos y letras efervescentes.

Pero ahora estoy bloqueada. Tengo mucho qué decir pero estoy colapsada de sentimientos, intuiciones, intenciones, recuerdos, deseos, esperanzas, miedos, verdades y mentiras. Y también pienso que todo está dicho y escrito, no hay nada nuevo que decir o inventar, tan sólo diferentes formas de expresarlo. Si me empeño en escribir algo bueno, acaba siendo pésimo. No se puede forzar la palabra como tampoco se puede forzar el amor. Sencillamente, ha de suceder. Ahí estoy... Esperando. Desesperando.

Creo que no escribo porque mi corazón está anestesiado. Sin pena ni gloria, dejo pasar la vida sin que la vida pase por mí. Me dejo arrastrar por la absurda inercia de siempre y no lo soporto. Es hora de despertar. De reaccionar. De renacer. Tengo que volver a correr el riesgo, resulte una bendición o un castigo sino se acabará pudriendo mi destino dentro de mí. Tengo que volver a soñar y a creer en utopías cotidianas, como antes...

Tengo que atreverme a sentir... Tal vez esa sea la mejor manera de volver a escribir.