Se denomina ataraxia (del griego ἀταραξία, "ausencia de turbación") a la disposición del ánimo propuesta por los epicúreos, estoicos y escépticos, gracias a la cual un sujeto alcanza el equilibrio emocional - mediante la disminución de la intensidad de sus pasiones y deseos y la fortaleza del alma frente a la adversidad - y finalmente la felicidad, que es el fin de estas tres corrientes filosóficas. La ataraxia es, por tanto, tranquilidad, serenidad e imperturbabilidad en relación con el alma, la razón y los sentimientos. En el lenguaje común, también se denomina ataraxia a la sensación de indiferencia.
Según Epicuro
Según Epicuro, existen dos clases de deseos: los naturales y necesarios, relacionados con la supervivencia, y los naturales no necesarios, que provienen de la cultura, política y vida social. La satisfacción de los deseos es lo que produciría placer, el cual a su vez, para los epicureístas es lo que conduce a la felicidad, sin embargo, existen placeres que son completamente vanos y que conducen a un dolor mayor que el placer inicial, estos placeres producen intranquilidad y deben ser evitados por la razón, ya que alejan de la "ataraxia". La filosofía es una vía hacia la ataraxia, ya que esta es considerada también: «la tranquilidad espiritual propia del sabio que distingue los deseos naturales de los que no lo son y es capaz de alejarse de aquello que es vano».
Según la definición de los estoicos
Para los estoicos, la vía para llegar a la ataraxia es la virtud, que para ellos consiste principalmente en adecuar los deseos propios a la racionalidad de la naturaleza, aprendiendo a diferenciar las cosas que dependen del propio sujeto de las que son independientes de este, ya que no tendría ningún sentido preocuparse por las segundas porque al hacerlo el sujeto se alejaría de la tranquilidad del alma. Para la Stoa también es necesario, en pos de encontrar la ataraxia, eliminar los miedos a Dios y a la muerte, así como no quejarse por las inclemencias del destino. Se denomina ataraxia (del griego ἀταραξία, "ausencia de turbación") a la disposición del ánimo propuesta por los epicúreos, estoicos y escépticos, gracias a la cual un sujeto alcanza el equilibrio emocional - mediante la disminución de la intensidad de sus pasiones y deseos y la fortaleza del alma frente a la adversidad - y finalmente la felicidad, que es el fin de estas tres corrientes filosóficas. La ataraxia es, por tanto, tranquilidad, serenidad e imperturbabilidad en relación con el alma, la razón y los sentimientos. En el lenguaje común, también se denomina ataraxia a la sensación de indiferencia.
El concepto para los escépticos
En el caso de los escépticos, que promulgan la suspensión de todo juicio a priori (universal y necesario) debido a que, para ellos, no existe ninguna verdad absoluta, sino que todo depende del hombre y sus sentidos, se afirma que para alcanzar la felicidad es necesario dudar de todo lo que al parecer se ha conocido hasta el momento, en tanto que no existe conocimiento objetivo, y luego conseguir la ataraxia, como serenidad e imperturbabilidad del ánimo.